Entradas
Resulta que a mí me gustan los exfoliantes de particulas notorias, esos en los que cuando estamos masajeando el rostro notamos como rascan en nuestra piel. A mi piel grasa es lo que mejor le va, ya que creo que si no rasca no elimina bastante la suciedad.
Pues bien, aunque parezca mentira, muchos exfoliantes que he comprado durante años no cumplían con esa función, eran tan suaves que decidí usarlos para la limpieza diaria, pero para la limpieza semanal profunda necesitaba algo más.
Como siempre, empecé a buscar por internet en reseñas de productos hasta que dí con una receta casera, consistía en mezclar miel, sal y limón y restregarlo por la cara. Probé esta mezcla pero me pareció demasiado pringosa, ya que la miel me resultaba muy difícil de retirar, así que decidí que no era lo que buscaba, pero sí vi en la sal una gran ayuda para crear mi nuevo exfoliante.
Y finalmente me hice con la fórmula adecuada para mí, mezclando leche limpiadora con sal :)
Gracias a la acción calmante de la leche limpiadora noto que la piel no se irrita nada al masajear con la sal, todo lo contrario, deja la piel con una suavidad que se nota al instante y si elimina toda la suciedad que podamos tener en el rostro. También puede hacerse con el jabón de limpieza facial pero personalmente prefiero la leche, ya que la mezcla del jabón y la sal resulta un poco agresiva, aunque en verano alguna vez si lo uso cuando tengo la piel demasiado grasa.
En el cuerpo también lo hago con una crema baratita que tenga por casa, la mezclo con sal y a exfoliaarseee! y me queda la pieel suavee como la de un bebe :)
Espero que os haya servido y lo pongáis en práctica! muchos besos!!!
0 comentarios:
Publicar un comentario